
La carne asada es uno de los platos más sabrosos y
de gran atractivo sobre la mesa, lograr que esta quede perfectamente dorada por
fuera y jugosa por dentro será la tarea más importante para el asador.
Existen muchas formas de preparar las carnes, sin embargo, cuando se
preparan en forma de asados, la carne desprende un olor muy agradable, a la vez
que se potencializa aún más su sabor. El punto ideal que más agrada de la carne
asada es cuando se logra una textura dorada por fuera y jugosa por dentro,
gozando de un gran atractivo cuando se lo presenta sobre la mesa.
Preparativos
Preparar la carne asada es todo un proceso que se inicia al separar las
partes que no se usarán de la carne, estas partes pueden ser cartílagos,
huesos, piel sobrante o grasa. Si la carne que se desea asar se encuentra
congelada, es necesario esperar hasta que se descongele totalmente, debido a
que si se coloca la carne en la parrilla estando semicongelada no se podrá
cocinar uniformemente quedando cruda por dentro.
La limpieza de la parrilla es fundamental, debiendo estar libre de
restos de asados anteriores, grasa o cenizas. Respecto a las brasas, se
recomienda estar seguros de que la cantidad con la que se cuenta es suficiente,
siendo mejor tener de más, a que se tenga que interrumpir la cocción por falta
de brasas, estas se deben repartir debajo de la parrilla teniendo en cuenta el
lugar donde estarán ubicados los pedazos de carne.
Asado
eniendo todos los preparativos previos en orden e independientemente de la
receta, se procede a colocar los pedazos de carne en la parrilla, sin olvidar
que se debe calentar con anticipación. En esta parte se debe verificar que las
brasas son las suficientes, pues si no lo son, al cocinarse a calor suave, el
resultado final será una carne muy suave y sin jugos, siendo un descuido muy
típico en asadores inexperimentados.
Ya en la parrilla, se debe esperar hasta que se vaya dorando poco a
poco. Para que la cocción sea uniforme se deben utilizar las pinzas para
voltear la carne primero de un lado y luego del otro, evitando dar vueltas
innecesarias, así como también evitar cortar la carne asada para saber si está
en su punto, pues se perdería los jugos que lleva dentro.
Una forma de saber si la carne asada está en su punto es introducir un
pincho, si este se introduce sin poner mucha resistencia, se deja unos segundos
y al retirarlo fuera de la carne tocarlo con la mano, si se encuentra caliente
es que está bien asado. Al retirar la carne de la parrilla, se debe partir la
carne rápidamente para llevarlas a la mesa lo más caliente posible.
Fuente: utilidad.com